El agua potable es sin duda el alimento más importante. Y, para su tratamiento, es necesario llevar a cabo unos costosos procedimientos. Para la oxidación y la desinfección en el transcurso de su tratamiento, lo mejor es añadir ozono. Debido a su elevada reactividad, el ozono se debe fabricar y añadir in situ bajo unas estrictas normas de seguridad. Los transmisores de presión de VEGA realizan en este caso una importante contribución para conseguir un tratamiento continuo de un agua potable de la máxima calidad.
El ozono oxida las sustancias orgánicas disueltas y elimina los microorganismos presentes o los deja inactivos. El ozono se crea mediante un aporte energético que descompone el oxígeno (O2) molecular en átomos de oxígeno (O) individuales, que al añadir más oxígeno pueden reaccionar para convertirse en ozono (O3). Este proceso puede ocurrir mediante una radiación de rayos ultravioletas, un relámpago o descargas eléctricas de alta tensión. Debido a su elevada reactividad, la fabricación, el transporte y la adición se realizan in situ bajo unas estrictas normas de seguridad.
Técnicamente, el ozono se fabrica a partir del oxígeno en reactores con sobrepresión mediante energía eléctrica. A continuación, la mezcla de gas originada fluye hacia un tubo colector de gas de ozono. La concentración máxima de ozono es de aproximadamente 180 g/Nm³ con una presión de trabajo de 1,3 bares.
Unos inyectores introducen el ozono en el agua y unos mezcladores distribuyen las minúsculas burbujas de ozono de forma uniforme por toda el agua. El agua permanece apenas unos minutos en grandes depósitos, tiempo suficiente para llevar a cabo la oxidación y la desinfección.
Para garantizar una medición de presión segura y fiable en el tubo colector de gas de ozono y otros importantes puntos de medición, se eligió la tecnología del transmisor de presión VEGABAR 82 con la celda de medición cerámica CERTEC® y una «Second Line of Defense». Se trata de una separación de proceso adicional mediante un pasamuros hermético situado encima de la conexión a proceso. La celda de medición es realmente duradera y resistente al ozono, pero la Second Line of Defense ofrece una doble seguridad para evitar que el ozono pueda salir de la tubería a través del transmisor de presión.